jueves, 11 de octubre de 2012

En caso de apalancamiento, haga click aquí

Te aburres? Aquí tienes unas curiosidades para divertirte:



  1. El cockpit de la nave Discovery. Al verlo me siento como la hermana de Dexter: "What does this button do?"
  2. A esta estación de trenes le falta una girafa...
  3. Regalos friquis. Alucinante.
  4. Mi nueva pantalla de fondo.
  5. Un uso inteligente del espacio negativo.
  6. Un gráfico de todas las exploraciones del sistema solar realizadas hasta ahora. Humanity for the win!
  7. Eres un sol...
  8. El retrofuturismo, gente.
  9. Si alguna vez te encuentras con alienígenas, probablemente sea el momento más importante de la historia de la humanidad. Aquí tienes unas cuantas instrucciones básicas que seguir. Bueno, es una mejor alternativa que flipar y salir corriendo, ¿no?
  10. Los alemanes desarrollan un e-reader de €15. Compara con las alternativas preexistentes... Como mínimo, les vendrá bien a estudiantes de escuela (y a gente en el 3er mundo).

martes, 2 de octubre de 2012

Unios a la Resistencia!


Estudiantes de la asignatura de Electrónica, os tengo preparadas un par de sorpresas. Preparaos.

lunes, 1 de octubre de 2012

El ser Autónomo en un Mundo Alter-dirigido

El Ser Autónomo En Un Mundo Alter-dirigido

“La lucha entre los pocos autónomos y los muchos no-autónomos no hace más que empezar." -The Lonely Crowd

Inicialmente publicado en 1950 como análisis sociológico de la vida estadounidense, The Lonely Crowd (La Muchedumbre Solitaria) se convirtió en un bestseller sorpresa; sus autores, David Riesman y sus colaboradores, habían esperado que fuese sólo de interés para un público de académicos, y sin embargo el libro tocó un punto sensible con el público estadounidense, resonando con una preocupación muchos sentían acerca del carácter cambiante del país.

En el libro, Riesman propone tres tipos de "carácter social", tres mecanismos por los cuales la gente se conforma a la sociedad en la que vive: dirigido por tradición, intradirigido, y alterdirigido.

El tipo dirigido por tradición domina en sociedades primitivas. Rituales, rutinas y lazos familiares aseguran que cada generación haga las cosas tal y como siempre han sido hechas.

El tipo intradirigido ("dirigido por dentro") domina en economías industriales. Ese tipo está dirigido por un conjunto interiorizado de metas y principios. Estos valores son implantados en individuo por sus padres durante su infancia, y actúan como un giroscopio interno, girando a lo largo de su vida y manteniéndolo en el buen rumbo. El tipo intradirigido está concentrado en producir más que en consumir. Disfruta arreglándoselas por su cuenta y yendo a lo suyo, y aunque conforma su comportamiento externo para alinearse con las normas sociales, las opiniones de otros tienen muy poca influencia sobre su vida interna. Prefiere ser estimado antes que querido.

El tipo alterdirigido ("dirigido por otros") domina en una economía impulsada por los servicios, el comercio y la comunicación. Este tipo es muy sensible a las preferencias y expectaciones de otros. Siempre tiene su antena desplegada para recibir las señales de otra gente, y se fija en lo que hacen, piensan y sienten en su radar. El tipo alterdirigido está más enfocado en consumir que en producir. Esperan que sus pares y los medios de comunicación los guíen sobre cómo vivir, y tiene mentalidad de grupo y de equipo. Prefiere ser querido antes que estimado.



En La Muchedumbre Solitaria, Riesman se esfuerza en resaltar que lo mencionado más arriba son tipos, no individuos, y que todas las sociedades y todas las personas son una mezcla de los tipos. Esto no es como un cuestionario en Cosmopolitan donde puedes descubrir cuál eres.

"No puede haber tal cosa que una sociedad o una persona enteramente dependiente de la dirección por tradición, la intradirección o la alterdirección, u otra dirección; cada uno de sesos modos de conformidad es universal, y la cuestión es siempre una del grado hasta el cual un individuo o un grupo social se apoya en uno u otro de los tres mecanismos disponibles. Y puedes mover de gran dependencia en uno a mayor dependencia en otro a lo largo del curso de tu vida."

Además, sabiendo que la mayoría de la gente estaría atraída por el vaqueresco tipo intradirigido, subraya que el tipo intradirigido no es mejor o menos conformista que el alterdirigido, pues mientras el intradirigido se aferra a su giroscopio interno, esto giroscopio fue implantado por sus padres; vive los valores de ellos, no los suyos propios.

En vez de eso (y esto muchas veces la gente lo ignora), al final de La Muchedumbre Solitaria Riesman argumenta que el ideal al que hay que apuntar es el cuarto tipo: el autónomo.

El autónomo tiene "metas claras e internalizadas", pero, al contrario que el intradirigido, elige esas metas por sí mismo; sus "metas, y el impulso hacia ellas, son racionales y no-autoritarias y no compulsivas".


Esencialmente, los autónomos "son aquellos que en general son capaces de ajustarse a las normas comportamentales de su sociedad... pero son capaces de elegir si ajustarse o no." La autónoma se erige fuera y por encima de los demás tipos; los entiende, puede reflexionar acerca de ellos, y entonces puede elegir libremente cuando y si resistirlo o actuar de acuerdo con ellos. Es capaz de trascender su cultura - algunas veces prevaleciendo sobre ella y otras veces uniéndose a ella, en función de lo que él mismo elige con el objetivo de llevar sus metas adelante. La autónoma es a la vez idealista y pragmática.

Riesman defendió que las sociedades tienden a moverse desde ser dirigidas por tradición, a intradirigidas, a  alterdirigidas, a medida que se desarrollan. En la época en que se publicó La Muchedumbre Solitaria, postuló que la mayor parte del país se mantenía intradirigida, pero observó el crecimiento de los alterdirigodos entre las clases medio-altas a lo largo de las costas y en las áreas urbanas. Predijo que el tipo alter-dirigdo continuaría a expandirse y se convertiría en el mecanismo de carácter social dominante en el país.

En esta predicción, y muchas otras, Riesman era muy profético. En la sociedad de hoy en día, la alter-dirección representa el modo principal de conformidad, y tira de nosotros de formas que Riesman no podía haber imaginado. El hombre que desea volverse autónomo debe entender lo que son esas formas, para poder reflexionar acerca de ellas, superarlas, y elegir conformarse a ellas solo cuando realmente desea hacerlo.

Los Desafíos a la Autonomía en la Edad Presente:

Socialización a Través del Gusto y el Fin de la Privacidad



Los tipos intradirigidos florecen en periodos en que la sociedad da una importancia considerable a la etiqueta, mientras que los alteridirigidos se alzan cuando las reglas de la etiqueta se encuentran en declive.

Esto puede parecer contradictorio; después de todo, ¿acaso no son los que se preocupan por la etiqueta el tipo de gente que se preocupa mucho de lo que los demás piensan de ellos? Esto es como vemos la etiqueta a través de una lente moderna, y seguir las reglas de etiqueta podía ciertamente realzar tu reputación ante los demás, en los viejos tiempos. Pero la etiqueta también podía ser usada por los intradirigidos como un escudo amortiguador, un buffer para mantener a la gente a distancia y para salvaguardar una de las posesiones más preciadas del intradirigido: su privacidad. Riesman argumenta que "Se puede considerar que la etiqueta formal es un modo de llevar las relaciones con la gente con la cual uno no desea intimidad... Así pues la etiqueta puede ser al mismo tiempo un medio de aproximarse a la gente y de mantenerse alejado de ella."

En una sociedad mayoritariamente alterdirigida, la formación en etiqueta queda reemplazada por la formación en gustos de consumo. La gente alteridrigida se define a sí misma por su gusto en música, comida, viajes, y así, y buscan diferencias marginales entre sus propios gustos y los gustos de los demás con el objetivo de diferenciarse de sus pares. La socialización entre los alterdirigidos se centra en "tantear con habilidad y sensibilidad los gustos probables de los demás y entonces intercambiar gustos mutuos y disgustos para manejar la intimidad." Te gustó esa película? Has oído hablar de éste grupo? te gusta este restaurante? Has visto este clip tan gracioso del Youtube?


Por supuesto, este "trueque de gustos y disgustos mutuos para maniobrar intimidad" ha dado un salto exponencial adelante desde el día de Riesman con el advenimiento de los medios de comunicación sociales. Webs como Facebook y Tuenti existen casi exclusivamente para fomentar este tipo de interacción, permitiendo a los usuarios demostrar sus gustos y ver si obtienen el visto bueno ("me gusta") de los demás.

Riesman defiende que "este continuo olisquear de los gustos de  los demás", se convierte en "un proceso mucho más intrusivo que el intercambio de cortesías y amabilidades requeridas por la etiqueta". En los días de la intradirección, "ciertas esferas de la vida se veían como privadas: era una ruprutra de etiqueta realizar o permitir la intrusión en ellas". Por el contrario, en una sociedad alteridirigda, "uno debe estar preparado a abrir al interrogatorio público casi cualquier esfera en que el grupo de pares pueda acabar interesándose".

Esta apertura de cada esfera de tu vida al público se llama hoy "transparencia", una expresión en boga para los que buscan "autenticidad".  Los medios de comunicación sociales han permitido a la gente compartir muchos más detalles personales con un grupo mucho más amplio de pares, extendiéndose mucho más allá de los amigos íntimos y familiares de uno. Aquellos que quieren mantener algunas cosas en privado, que disfurtan a veces estar solos, y que no están tan conectados ("No tiene una cuenta en Facebook???") son observados con suspicacia.

La Falta de un "Enemigo" contra el Cual Rebelarse


"La autonomía", argumenta Riesman, "debe siempre ser relativa hasta cierto punto a los modos de conformidad predominantes en una sociedad dada; no es nunca una cuestión de todo-o-nada, sino el resultado de una lucha a veces dramática y a  veces imperceptible con esos modos".

Y aquí yace una de las mayores dificultades en volverse autónomo hoy en día: con una diversidad tan grande de grupos y opiniones y alternativas de estilos de vida, y sin ningunas reglas sociales reales o acordadas estos días, no hay más "enemigos" contra los cuales rebelarse. Por eso es por lo cual, argumenta Riesman, era más fácil ser autónomo en una sociedad intradirigida, pues el que aspirara a ser autónomo durante tales periodos "no tenía dudas respecto de quienes eran sus enemigos: eran la clase media amoldada que sabían agresivamente lo que querían, y exigían conformidad a ello - gente para la cual la vida no era algo que catar sino algo que podar a machetazos". El movimiento contracultural de los 60 y los 70 representaba un esfuerzo por parte de los no-conformistas de expulsar los giroscopios que sus padres habían plantado en ellos y rebelarse ante lo que era percibido como valores sofocantes de clase media con el objetivo de abrir camino a un mundo en que la gente fuese libre de actuar como quisiera y elegir cualquier modo de vida que deseara.

Pero ahora estas batallas han sido casi enteramente ganadas - la idea de que deberías vivir auténticamente e ir a lo tuyo es el espíritu de los tiempos modernos. Vivimos en una edad de la Anomía donde hay muy pocas expectativas culturales sobre cómo la gente debería vivir su vida.

Sin un "enemigo" claro contra el cual definirse, la gente tiene tendencia a caer en dos trampas.

La primera es seguir luchando las mismas batallas que los contraculturalistas de los sesenta, aunque aquellas batallas fueron ganadas hace décadas. Por ejemplo, este artículo sobre llevar pantalones cortos causó una gran consternación, y alimentó una disensión razonable, pero también cosechó un tipo peculiar de comentario que iba así como: 1) "Todo el mundo que yo conozco lleva bermudas y camiseta," Y A LA VEZ 2)"Yo no voy a seguir nunca ninguna regla estúpida como esta sobre lo que llevo - soy un inconformista!". ¡Obviamente no pueden ser ciertas las dos premisas al mismo tiempo! Vestirse solo de acuerdo con las exigencias de tu comodidad personal habría sido rebelde hace 50 años, pero en una cultura donde existen pocas reglas aún sobre el estilo, ya no es algo sobre lo cual puedas jugarte tu autonomía. En todo caso, el hombre que se viste más formalmente en una sociedad muy informal tiene mayor derecho a afirmar que se rebelde contra las reglas sociales. Como un hombre se viste - o, es más, cómo se casa, o hace el amor, o gana dinero -  ya no es una medida fiable de su autonomía.

La segunda forma falsa de alcanzar la autonomía en un mundo alterdirigido sin un enemigo claro, defiende Riesman, es convertirse parte de un grupo de pares que se consideran anticonformistas, pero que "no son necesariamente libres, pues son muchas veces celosamente convertidos en la señales de un grupo que encuentra el sentido de la vida, sin mayor dificultad, en una ilusión de atacar una mayoría supuestamente dominante y castigadora". La gente joven hoy en día puede encontrar, en la amplia variedad de gente y lugares de la vida metropolitana, un grupo de iguales, tal que el precio de conformarse a él cueste poco en lo que toca a la búsqueda de principio".

Inflación de los Estilos de Vida

Otro de los espantapájaros reliquia dejados por los años sesenta alrededor de la lucha contra el cual los los buscadores modernos de autonomía definen su identidad es la búsqueda del "Sueño Americano" de una casa en los suburbios con una mujer e hijos. Estos "rebeldes" se unen a la gente de ideas afines en busca del "diseño de estilo de vida", que abarca toda clase de metas pero principalmente gira en torno a ser capaz de seguir tu pasión, abandonar tu trabajo fijo oficial, seguir ganando unos ingresos (pasivos), y viajar alrededor del mundo.

A pesar de que a primera vista este objetivo pudiera parecer muy intradirigido, de hecho es una actividad que ha ganado popularidad rápidamente debido al movimiento de nuestra cultura haca la alterdirección.

El tipo intradirigido de la vieja escuela perseguía "cosas": coches, casa, dinero. Estos eran los objetivos tangibles que los giroscopios implantados por sus padres les decían que eran los símbolos del éxito. Los intradirigidos se ajustaban a los demás y se esforzaban en no ser menos que el vecino en lo que se refiere a cosas externas -  pero no permitían que los demás influenciaran ni sus valores internos, ni el trazado de su vida.

Los alter-dirigidos, por otra parte, buscan experiencias antes que cosas. Esto puede ciertamente verse como un objetivo mejor, menos consumista. Pero para los alterdirigidos, su impulso hacia esas experiencias no viene de dentro, sino de mirar otra gente. Pues los alterdirigidos no solo se conforman a los demás respecto al comportamiento externo, sino que también intentan igualar la calidad de las experiencias personales de otra gente. Se fijan en los demás para saber "qué experiencias buscar y cómo interpretarlas."


Cuando sienten que no están en el camino correcto, los dirigidos por tradición sienten vergüenza, los intradirigidos sienten culpa, y los alterdirigidos sienten ansiedad. Y nunca surge esta ansiedad con más fuerza que cuando los alterdirigidos ven las diferentes experiencias que tienen los demás. Miran en Facebook y ven a un amigo viajando alrededor del mundo, o yendo de fiesta en Las Vegas, o haciendo paracaidismo en América del Sur, y se preguntan "¿Es que mi vida es menos satisfactoria?" "¿Debería vivir más profundamente de lo que vivo?" "¿Es que todo el mundo es más feliz que yo?" La ansiedad e inquietud resultante puede tener el efecto positivo de motivar a una persona a que salga de su zona de comodidad y rutina e intente nuevas cosas, pero también puede hacer que se sienta insatisfecho con las decisiones que ha tomado con su vida, aunque haya tomado esas decisiones voluntariamente, conscientemente, y de acuerdo con sus auténticos deseos. También puede impedirle hacer una elección que realmente quiere, porque no está seguro de cómo se cuadra con lo que hacen otros.

Un Espíritu Empresarial Alterdirigido


En una era de lo alterdirigido, empezar tu propio negocio parece ser una buena opción para volverte más autónomo. Y aún así la alterdirección ha impregnado también a esta área de la vida.

Allá donde el productor intradirigido de de antaño concentraba sus esfuerzos en confeccionar y ofrecer un producto superior, una gran parte del trabajo empresarial hoy en día depende de las relaciones interpersonales, la popularidad, y construir una "marca personal".

Las emprendedoras están a menudo vendiéndose a sí mismos más que a sus productos, y así sienten que deben siempre ser amistosos y amables con otros con la esperance de que se conviertan en sus fans o clientes. O, como dice Riesman, "Obligados a conciliarse o a manipular a una amplia variedad de gente, la persona alterdirigida maneja a todas las personas como consumidores que siempre tienen razón."

Por ejemplo, algo que he notado acerca de otros bloggers que esperan construir su lectorado es que incluso cuando alguien les deja un comentario completamente equivocado e idiota, el blogger no le contestará diciéndole que se largue o ignorándolo por completo, pero diciendo algo así como "¡Oye, tío! Siento que no estemos de acuerdo. Pero te agradezco un montón que hayas venido a visitar, y espero que vuelvas pronto!"

Retroalimentación sin Fin


Creo que el mayor desafío a no resbalar sin pensarlo en una vida enteramente alterdirigda es la cantidad de feedback por parte de otros que está disponible para leer y escuchar en la era moderna. ¿Esperas ansiosamente a ver qué dirá la gente acerca de tu estatus de Facebook o tu foto? ¿Te gastas más tiempo leyendo los comentarios a artículos online del que dedicas a pensar en ello tú mismo? ¿O quizás te saltas el artículo por completo y solo lees lo que los demás tienen que decir? ¿Lees los comentarios en un vídeo mientras lo "miras", dejando así que los demás influencien tu percepción antes de que alcances tu propia conclusión? ¿Cuando dejas un comentario sobre algo, sigues volviendo a comprobar qué pensó otra gente de lo que tenías que decir? ¿Lees críticas de libros o música antes de comprarlos, y después también, para ver si otra gente se sintió igual que tú al respecto?

Conclusión


Ahora que hemos dado una repaso a todos los desafíos a volverse autónomo en nuestra era alterdirigida, es importante reiterar que la alterdirección no es necesariamente algo malo. Lo que importa es que debes ser consciente de su tirón, de tal forma que en vez de dejar que domine su vida, eres capaz de trascenderlo y alzarte por encima de ella. Solo entendiendo algo es como uno puede librarse de ello. Entonces, desde esta posición de libertad y autonomía, puedes elegir cuando ajustarte a las normas, según tu propio criterio (en casos en que avance tus objetivos o principios, o incluso sencillamente te aporte disfrute) y cuando resistir.

Cerremos con una cita de Riesman:

"Si la gente alterdirigida descubriese cuanto trabajo innecesario hacen, descubriesen que sus propios pensamientos y sus propias vidas son tan interesantes como las de otra gente, que, de hecho, no alivian su soledad en una muchedumbre más de lo que uno puede aliviar su sed bebiendo agua de mar, entonces podríamos esperar de ellos que se vuelvan más atentos a sus propios sentimientos y aspiraciones."

Traducido del inglés del artículo The Autonomous Man in an Other-Directed World, publicado por Brett y Kate McKay el 11 de Junio 2012. Ilustración de Ted Slampyak